El castillo de Diego Corrientes, situado en uno de los márgenes del puente de las Alcantarillas, es un pequeño baluarte que toma su denominación del bandolero utrerano Diego Corrientes, que se servía de esta construcción como escondite para huir de la represión de las autoridades civiles y militares. Diego Corrientes nació en Utrera en 1757, convirtiéndose pronto en uno de los bandoleros más conocidos del siglo XVIII y héroe popular gracias a los numerosos romances de los que fue protagonista.
Su leyenda cuenta que vivió su infancia y juventud en el seno de una familia de jornaleros y serán las tremendas injusticias y desigualdades de la sociedad española del siglo XVIII las que le lleven a tomar la decisión de convertirse en bandolero, dedicándose al pillaje y al asalto de diligencias.
Los romances destacan de él su generosidad, repartiendo parte de las ganancias de sus correrías entre los más desfavorecidos y luchando en asuntos de injusticia contra los más poderosos, por lo que pronto consiguió el apoyo mayoritario de la población más humilde.
Terminará siendo capturado en Portugal y ejecutado en Sevilla. Su cuerpo será descuartizado y enviado a varias provincias de Andalucía, tal y como dictaminaban las leyes en aquella época para los asuntos de bandolerismo.
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